Los hilos antes llamados rusos o mágicos, son de diversos materiales, en la actualidad, los más comunes en aplicación son de PDO (polidoxanona), PLL (poliláctico); al ser de material biocompatible, usado en cirugías de corazón abierto para suturar y tener una buena cicatrización y sin complicaciones, lo hace el número uno en aplicación para nuestros procedimientos. 

También conocido como Lifting facial sin cirugía, es empleado acorde a cada persona; se hace una analítica médica y funcional para estructurar un plan de colocación de los mismos, para lograr un efecto lifting seguro, deseado y duradero. En pacientes con problemas odontológicos o de traumatología, es recomendable una valoración multidisciplinaria, ya que en pacientes con hernias, bruxismo o con neuralgias secundarias estos problemas pueden agravar transitoriamente el malestar. 

El número total de hilos tensores que se utilizan en un lifting facial sin cirugía depende de cada paciente. Lo primero es estudiar los vectores de tensión de la piel del paciente y realizar un diseño personalizado según su rostro, usando un lápiz blanco, marcando dónde se colocará cada hilo tensor. Es en esta primera consulta donde se podrá evaluar el número de hilos tensores necesarios.

En determinados casos se recomienda una valoración después de su aplicación al mes 1, 3 y 8 ya que se busca llegar a la simetría del rostro, por esto es necesario considerar la aplicación en más de una sesión, mismas que se va pautando en tiempos y lugares acordé a valoraciones posteriores.

Se necesita valoración médica para determinar si es o no candidato para la aplicación de este tratamiento.